A 61 kilómetros al Sur de Santa Rosalía, se localiza Mulegé, uno de los pueblos más bonitos de Baja California Sur. Está situado entre dos cerros, en un valle al que da vida el riachuelo que corre hasta unirse al estero para desembocar al mar; bordeado de inmensos palmares, huertos y cercas donde se enmarañan las bugambilias de todos colores. Este privilegiado lugar fue descubierto por el padre jesuita Juan María de Salvatierra a su regreso de un viaje a Sonora. Salvatierra hizo un primer viaje de exploración en 1702. En agosto de 1703 arribaron los padres Francisco María Piccolo y Juan María Basaldú. Este último y el padre Juan de Ugarte (misionero hondureño que dejó honda huella en estas tierras), fundaron en 1705 la misión que llamaron Santa Rosalía de Mulegé. El origen del nombre de Mulegé se deriva de las voces cochimíes Carmaañc galexá, que significa "barranca grande de la boca blanca". El 14 de septiembre de 1719 fue botado en la Bahía de Santa Inés, el primer barco construido en las Californias con maderas de la región montañosas de Mulegé. El autor de esta hazaña fue el padre Juan de Ugarte quien bautizó la nave con el nombre de "Triunfo de la Santa Cruz". Se dice que este barco sirvió a la colonia por 54 años. Correspondió al padre Francisco Escalante iniciar, en 1754, la construcción formal de la iglesia de la misión, que se terminó en 1766. Construida en piedra, se caracteriza por su forma de "L", por su torre que se erige varios metros atrás de la fachada principal y por la sugerente simplicidad propia de las misiones sudcalifornianas. Abandonada en 1828, ha sido restaurada en diversas épocas. Conserva en la actualidad su aspecto original y en su interior una estatua de Santa Rosalía y una campana, ambas del siglo XVII. El 2 de Octubre de 1847 se escenificó aquí una heroica acción de armas contra los invasores norteamericanos, las fuerzas mexicanas integradas por un grupo de militares y un numeroso grupo de voluntarios, nativos y comundeños. Bajo el mando del capitán Manuel Pineda resultaron victoriosos en esta batalla. En Mulegé se localizaba la penitenciaría estatal. Concluida en el año de 1907; novedosa por ser la única cárcel sin rejas. Los presos podían salir a trabajar durante el día, sin mayor vigilancia, sólo tenían que volver espontáneamente, por la noche. Fueron rarísimos los intentos de evasión y cuando se dio alguno, los mismos reos se encargaban de perseguirlos para hacerlos volver. La Población Mulegina convivió así, incluso socialmente, con toda clase de delincuentes, a quienes brindaron afecto y respeto. Quizá es por eso que son los mejores anfitriones de Baja California Sur. De los grupos que originalmente habitaron en la zona, sólo se conocen las extraordinarias muestras de arte rupestre que existen en los alrededores de este paraíso que es Mulegé, como son las pinturas de la sierra de San Borjita, las más conocidas, investigadas y fotografiadas y las pinturas y petroglifos de la Trinidad.
Mulegé ha sido el destino tradicional favorito del turismo que busca el descanso en la contemplación de la naturaleza; al amante de la pesca deportiva, los estudiosos de la historia y la ecología; los adoradores de las más bellas bahías: Bahía de Concepción, que a unos cuantos kilómetros de Mulegé derrocha paisajes, con su multitud de playas de suave y blanca arena, entre las que destacan: Santispac, Concepción, Los Cocos, el Burro, el Coyote, Buenaventura, el Requesón y la Armenta. En un recorrido por el poblado es obligada la visita a la Iglesia de la misión; el Museo Regional (ubicado en el edificio que fuera la penitenciaría estatal); la ribera del río-estero y la playa Sombrerito. Mulegé, desde luego, cuenta con servicios de calidad para el visitante: hoteles en varias categorías, trailer parks, restaurantes, autobuses de pasajeros, aeropuerto nacional y una aeropista; agencias especializadas en pesca deportiva y buceo, así como en excursiones donde se combinan arte rupestre y ecoturismo.
Mulegé ha sido el destino tradicional favorito del turismo que busca el descanso en la contemplación de la naturaleza; al amante de la pesca deportiva, los estudiosos de la historia y la ecología; los adoradores de las más bellas bahías: Bahía de Concepción, que a unos cuantos kilómetros de Mulegé derrocha paisajes, con su multitud de playas de suave y blanca arena, entre las que destacan: Santispac, Concepción, Los Cocos, el Burro, el Coyote, Buenaventura, el Requesón y la Armenta. En un recorrido por el poblado es obligada la visita a la Iglesia de la misión; el Museo Regional (ubicado en el edificio que fuera la penitenciaría estatal); la ribera del río-estero y la playa Sombrerito. Mulegé, desde luego, cuenta con servicios de calidad para el visitante: hoteles en varias categorías, trailer parks, restaurantes, autobuses de pasajeros, aeropuerto nacional y una aeropista; agencias especializadas en pesca deportiva y buceo, así como en excursiones donde se combinan arte rupestre y ecoturismo.
orale que buen blog me parece bien ke muestres los destinos de nuestro estado
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